sábado, 8 de agosto de 2015

El Rey George Weah

Vio la primera luz de vida en un país azotado de manera constante por la guerra civil, este hecho ya lo forjó de entrada como un auténtico triunfador, el rey que mantiene con vida a su ejército a pesar de haber librado mil batallas por la supervivencia. George Tawlon Manneh Oppong Ousman Weah sabe de raíz lo que es vivir entre carencias, el pan de cada día en Morovia, Liberia, pero para un niño como George siempre existió una alegría incomparable: El futbol.
Orgulloso de pertenecer a la etnia Kru, George Weah tuvo el temple para soportar la tristeza de las heridas que la guerra civil en Liberia dejaron en su familia como el atroz ultraje del que fue objeto una de sus primas por parte de un comando de resistencia. El balompié se convirtió entonces para George Weah en la válvula de escape y el medio que más alegría ha brindado a su vida.
Pese a la objeción de sus padres de practicar el futbol George debutó a los escasos 15 años con el Mighty Barrolle de su país y posteriormente con el Invencible Eleven ambos de la liga amateur de su país donde de inmediato mostró sus condiciones como un delantero sin piedad frente a la portería rival al marcar 23 goles en 24 encuentros con aquellos invencibles once liberianos.
Claude Le Roy timonel francés al observar la fortaleza, altura, técnica y efectividad del centro delantero de ébano de inmediato lo llevó a integrar las filas del AS Mónaco de la primera división del futbol galo , escuadra en la que conformó una dupla de miedo en el ataque junto a Glen Hodle. A pesar del rápido éxito deportivo George Weah jamás olvidó la situación socio política de su país, las sonrisas aparecían poco en el rostro del imponente atacante africano, pero la determinación era signo constante en su mirada.
Las cualidades de goleador letal también las disfrutó el equipo más popular del futbol francés París Sanit Germain en donde George Weah marcó los goles que quiso, al aprovechar una de las etapas más prolíficas del equipo que juega sus encuentros como local en el Parque de los Príncipes de París donde George se echó a la bolsa el corazón de los aficionados por su profesionalismo y sobre todo por sus goles.
Italia se convirtió en la siguiente escala para George Weah, AC Milán su nuevo equipo, donde gracias a su potencia, fortaleza, precisión y una inusual habilidad con el balón en los pies, sobre todo para un futbolista que rozaba casi el 1.90 metros de altura, ganó el Balón de Oro de la FIFA como el mejor jugador del mundo, además de ser nombrado el mejor jugador del año en África, el par de reconocimientos obtenidos en 1995. George mantenía, a pesar de los éxitos, a Liberia en su mente y corazón.
Fuera del terreno de juego el Rey George como se le conoce invirtió buena cantidad de su sueldo en la construcción de un espacio de refugio para la población civil de su país, trasladó a su familia a Nueva York. A través de su estatus de figura pública enfrentó al gobierno liberiano y en el ocaso de su prolífica carrera, su prioridad fue pertenecer y apoyar por medios propios a la Selección Nacional de Liberia para alcanzar el sueño de todo su pueblo de jugar un Mundial de Futbol.

En la actualidad y retirado de las canchas George Weah es Embajador de la Buena Voluntad de la UNICEF y en 2005 presentó su candidatura como Presidente de Liberia, fue derrotado por escaso margen, pero George Weah ha redoblado labores humanitarias en Liberia, país al que a pesar de la guerra, la pobreza y el dolor, el Rey George Weah profesa un amor incomparable. 


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