Es el estandarte del resurgimiento del futbol uruguayo la imagen viva de la “garra charrúa”, del futbolista que no se rinde nunca durante los 90 minutos de juego y a la hora de estar de frente al marco rival busca el gol con hambre y furia incomparable. Muestra fehaciente son los 18 goles conquistados a lo largo del actual año futbolístico con su equipo el FC Barcelona, que lo tienen como uno de los integrantes de la demoledora tercia blaugrana, complementada a la perfección por Neymar Jr y el astro argentino Lionel Messi. Nada mal para Luis Alberto Suárez Díaz, humilde muchacho nacido en Salto, Uruguay y quien aprendió a jugar al fútbol descalzo en los baldíos de la pequeña ciudad uruguaya.
Mentalidad y carácter son las palabras más utilizadas en el vocabulario de Luis Suárez y todo lo lleva a la práctica, pues precisamente son las dos características principales que lo han hecho levantarse de las acusaciones de racismo contra Patrick Evra, defensa central de color integrante del Manchester United, misma que le costó una suspensión de ocho encuentros en la Premier y que impidió aumentar la cosecha goleadora del insaciable depredador sudamericano.
El gol lo lleva en la sangre, en el corazón y sobre todo en una prodigiosa pierna derecha que lo hace infalible dentro del área, sea mediante un fulminante drible para de inmediato soltar el disparo, o lo mismo con el tiro libre con lo que se ha convertido en el mejor centro delantero de la actualidad a nivel mundial. Al atacante le agrada su mote de “Pistolero” del área. “Me mato en cada partido por hacer goles, no soy como Messi y Cristiano que lo hacen ver fácil”, se le ha escuchado decir al número nueve de la selección uruguaya quien se apunta para ser una de las figuras del balompié mundial. Es cierto Luis Suárez, por el gol, siempre entrega la vida misma.
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