Nacido en la región más oscura de la faz de la tierra, Finlandia, Jari Olavi Litmanen abrazó en los primeros años de la adolescencia el hockey, deporte de gran popularidad en su país, pero la vida le tenía preparado otro camino precisamente acompañado de un balón y sobre una cancha de futbol que se convertirían en aliados fundamentales para que el joven Jari sobrellevara su vida entre la melancolía y frialdad de Latih, su ciudadnatal en la nación integrante del salvaje imperio vikingo.
De inmediato su creatividad, inteligencia y juego ofensivo con el balón en los pies destacaron al punto de llamar la atención de los visores del Ajax de Ámsterdam, quienes lo llevaron a vivir a la auténtica casa del futbol total y bajo la tutela del inigualable Johan Cruyff, nada podía estar mejor para Litmanen.
El debut con el Ajax se dio en 1992 bajo un manto estelar encabezado por un héroe de mil batallas como Frank Rijkaard, la calidad de los gemelos De Boer, la notable habilidad de Marc Overmars y la velocidad de cometa de tres demonios africanos, Musampa, Finidi y Babangida, una máquina indestructible dentro del terreno de juego que tenía en Jari Litmanen a su mago infalible, capaz de llevar al cielo al equipo modelo por excelencia del futbol total holandés y que arrasó con cuanto rival se ponía enfrente en la década de los 90’s.
Bautizado por los fanáticos del Ajax como el “Príncipe del Norte”, Jari fue el último gran ídolo en marcharse de Ámsterdam luego de haberlo conseguido todo con el club tulipán para enrolarse en las filas del FC Barcelona, comandado entonces por el técnico holandés Louis Van Gaal, quien conocía a la perfección las virtudes del “Príncipe” finlandés.
A lo largo de toda su etapa como seleccionado nacional que alcanzó incluso los 40 años de edad, Jari Litmanen buscó en todo momento cumplir su sueño de jugar en una Copa del Mundo. Desgraciadamente los grupos eliminatorios siempre han resultado hostiles y un dolor de cabeza para Finlandia, situación que obligó a dejar como asignatura pendiente para Litmanen su aparición en la máxima fiesta del futbol a nivel mundial. Jari Litmanen puede observar con tranquilidad y cabeza levantada hacía atrás. La clase, talento, inteligencia y capacidad de uno de los mejores Ajax de todos los tiempos tuvo su origen en un Príncipe de las oscuras tierras del norte de Europa.
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