martes, 29 de septiembre de 2015

El sueño hecho realidad: Nwkawko Kanu

Podía tocar el cielo y en el sentido literal de la expresión siempre lo hizo  para festejar los goles Su destacada habilidad con el balón en los pies era casi imposible de creer cuando aficionados nigerianos, holandeses, italianos e ingleses se deleitaban con su exquisito futbol el 1.98 de estatura de Nwkawo Kanu quedó como mera anécdota dentro de la admirable carrera futbolística del nacido en Owerri, Nigeria.
Arrancó su sueño como la mayoría de los niños jugando futbol en las calles pobres de su ciudad natal que se convirtieron en su primer estadio. Desde entonces destacaba entre sus amigos por tres características marcadas; una técnica individual espléndida,  la altura impresionante que comenzaba a ser parte de su fisonomía y una sonrisa abierta y sin restricciones que era provocada por el simple hecho de jugar al futbol son sus amigos. De inmediato el modesto equipo de la liga local nigeriana el Fed Works lo integró a su modesto plantel conformado por la clase obrera y en donde gracias a su estupendo desempeño Kanu enamoró a los visores del Ajax de Ámsterdam quienes especializados en fichar destacados jugadores en todo el mundo no lo pensaron dos veces para hacerse de los servicios del imponente atacante nigeriano.
Al Ajax llegó en el momento adecuado y Nwkawko Kanu conformó un equipo que marcó toda una época en Europa en la década de los 90’s junto a elementos como los gemelos De Boer, Dennis Bergkamp,  Edwin Van der Sar, Jari Litmanen y sus paisanos George Finidi, Tijani Babangida, y Taribo West junto a los que ganó por tres años consecutivos  tanto la Liga Erendivise como la Copa de Holanda, así como una Copa UEFA, al igual una Copa Intercontinental y una Súper Copa de Europa. Todo con el conjunto dirigido por Louis Van Gaal.
El corazón que no deja de sonreír.
Fue en 1996 cuando Nwkawko Kanu, pues contratado por el poderoso Internazionale de Milano en Italia recibió una de las peores noticias de su vida, pues el padecimiento  de insuficiencia valvular en el corazón  lo obligó de manera seria a replantearse el camino. La decisión tomada por el nigeriano causó la admiración del mundo futbolístico: Continuar adelante con su sueño,  aunque sea a través de un marcapasos. El resultado, tras varios meses de recuperación de la delicada cirugía Kanu logró marcar en siete ocasiones con el Inter. Verlo festejar y alzar lo largo de sus brazos con su sonrisa eterna significaba todo un triunfo de vida para quien tenía el privilegio de observar el vuelo de la más gigante de las Águilas Verdes nigerianas.
A principios de la década del 2000 Inglaterra se convirtió en la nueva conquista de Kanu, nada menos que con el siempre ganador y puntero Arsenal cuadro en el que disputó la nada despreciable cantidad de 119 encuentros y anotó 30 goles un lujo para un delantero certero, técnico,  con gran juego aéreo el marcapasos que le ayudaba a jugar también fue a dar al tintero en la noble historia de Nwkawo Kanu.
En 2008 ya retirado de las canchas el delantero nigeriano fue comisionado por la UNICEF para promover el programa “Futbol por la esperanza y arrancó con bombo y platillo con miles de niños en la capital de su país, Como parte de un emotivo discurso ese día Kanu dijo a los niños lo siguiente.
“Saben chicos, yo fui como ustedes, jugué en las calles y perseguí un sueño con ahínco por una vida mejor. También hubo un momento en que mi corazón quería rendirse, pero salimos adelante Que nada,  ni nadie  les diga que un sueño no puede hacerse realidad”.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Equipo de época: Boca Juniors de Carlos Bianchi

Salir de una etapa de sonados fracasos a la mitad de la década de los 90´s era fundamental para el equipo de “la mitad más uno” del futbol argentino, por eso y ante la intensa presión de los apasionados aficionados xeneizes, los dirigentes del Club Atlético Boca Juniors recurrieron a un hombre de éxito comprobado: Carlos Bianchi quien durante tres años como timonel de Vélez Sarsfield conquistó un total de seis títulos. La carta de presentación fue más que suficiente para que el “Virrey” Bianchi llegara a tomar el timón del cuadro de Boca.
Conformado con el colombiano Oscar Córdoba en la portería, Walter Samuel, José Basualdo, Rodolfo Arruabarena, Mauricio Serna, Diego Cagna, Fernando Navas y un tridente ofensivo de miedo conformado por Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo, alineación con la que el popular cuadro argentino se declaró listo para salir de los claroscuros en los que se había inmiscuido ante la falta de profesionalismo de algunos de sus futbolistas de cartel.
En 1998 llegó el primer título de la era Bianchi al alzarse como Campeón del Apertura del futbol argentino, gracias a un sistema táctico 100 por ciento ofensivo, donde la portería contraria era la consigna principal de cada partido, con el talento indiscutible de Riquelme, en cuyos pies nacía todo el futbol del conjunto dueño de la Bombonera, Boca Juniors fue un conjunto imparable durante las campañas de 1998. 1999 y 2000 a nivel local, por lo que sus actuaciones merecieron los más sonados elogios.
A nivel internacional el destacado funcionamiento del Boca hizo ver su suerte al mismo Real Madrid que presentaba figuras como Luis Figo, Roberto Carlos, Iker Casillas y Claude Makelele, sólo por mencionar algunos. En la Final de la Copa Intercontinental del año 2000 celebrada en Tokyo, Japón los argentinos se impusieron con marcador de 2-1 con par de anotaciones de su letal centro delantero Martín Palermo y sendos servicios de gol de Juan Román Riquelme, para coronar de esta manera una etapa dorada en la extensa y triunfal historia de un equipo amado hasta la muerte por sus seguidores, practicante de un futbol demoledor y plagado de la identidad de sus colores.




viernes, 18 de septiembre de 2015

Desde la banca: Ottmar Hitzfeld

Formado entre sus dos grandes pasiones el futbol y las matemáticas. Ambas actividades le permitieron a Ottmar Hetzfeld convertirse en uno de los entrenadores más exitosos en la historia del balompié alemán al comandar a escuadras como el Borussia Dortmund o el mismo Bayern Munich, con los dos equipos más populares del futbol teutón Heizfeld conquistó la UEFA Champions League logro que muy pocos estrategas pueden escribir en su currículum.
Meticuloso a grado extremo, sus allegados cuentan que gracias a su pasión por los números Ottmar es capaz de pronosticar el resultado de un partido de futbol y a la hora de llevar a cabo su estrategia de juego, reflexionaba por largo rato antes de hacer algún movimiento en sus oncenas, tal como si se tratara de una operación aritmética.
Amante del juego limpio, Ottmar Hitzfeld ponderó como máxima la disciplina en los equipos que dirigió sentado desde la banca. Las tarjetas amarillas y aún más las de color rojo no estaban en el panorama del matemático alemán del futbol, y si sucedía el timonel nacido en la comunidad de Lorrach, cercana a la frontera con Suiza aplicaba sanciones ejemplares, actuaba en consecuencia.
Ganador de un total de seis títulos de Campeón en la Bundesliga. Cuatro con el Bayern Munich y en dos ocasiones más con el Borussia Dortmund, a Ottmar Heitzfeld no le importó deshacerse de jugadores estrellas con mal comportamiento en cada uno de sus planteles para alcanzar sus claros objetivos de campeonato. “El futbol requiere de futbolistas profesionales al 100 por ciento”, llegó a declarar en su momento el pragmático timonel alemán.
En la visión de Ottmar Hitzfeld el futbol se trata de un deporte en el que hay que mantener el orden y ganar, bases que lo llevaron tras sus sonados éxitos con el Dortmond y el Bayern a tomar las riendas de la Selección Nacional de Suiza, escuadra a la que calificó a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 basado en un riguroso orden táctico y futbol práctico. Así Heitzfeld demostró más de una vez que la frialdad y precisión de las matemáticas pueden ir de la mano con la emoción, pasión y derroche del futbol.




martes, 15 de septiembre de 2015

El hombre de hielo: Dennis Bergkamp

Viajero terrestre y silencioso. Desde niño comenzó a formar una personalidad introvertida, de hielo, pero Dennis Nicolaas Maria Bergkamp tenía una pasión tan grande capaz de derretir todo lo que tocaba: el futbol en base a un talento innato, y condiciones excepcionales cuando corría en una cancha con el balón en los pies.
Nacido en una atípica familia católica a las afueras de Ámsterdam el chico rubio al que le costaba hacer amigos en la escuela o su propio barrio encontró en el balompié la vitrina ideal para expresar todo lo que con palabras era incapaz y gracias a su tutor y maestro Johan Cruyff fue formado profesionalmente en las fuerzas básicas del Ajax, conjunto del que en pocos años se convirtió en referente, goleador y estrella resplandeciente.
Con el equipo modelo del futbol total holandés Dennis Bergkamp lo ganó todo, desde su debut en Primera División en 1986 una Recopa de Europa, una liga Erendivise, la Copa de Holanda, una UEFA. Anotó un total de 122 goles en 239 duelos con la camiseta del Ajax, del cual abandonó sus filas en 1993 para probarse en un futbol de la más alta exigencia como el calcio italiano con el Inter de Milán.
Técnica individual depurada, excelente visión del campo, atrevimiento, definición fantástica ante el marco rival y una mentalidad ganadora llevaron al apodado “hombre de hielo” holandés a formar parte de la “naranja mecánica”, el combinado holandés en el que también en poco tiempo se convirtió en indiscutible tanto en las tres Eurocopas que disputó de 1992 al 2000 y en los dos Campeonatos Mundiales que disputó en 1994 en los Estados Unidos al igual en 1998 en Francia, el número diez de Bergkamp de inmediato se hacía visible dentro del terreno de juego para quien en la historia se coloca como el tercer goleador con 37 dianas en el combinado de los Países Bajos.
Luego de un paso entre claroscuros con el Inter de Milán debido a constantes lesiones, y a su resistencia a mantener una “buena” relación con la prensa el futbol le abrió un nuevo horizonte a Dennis Bergkamp con el Arsenal de Inglaterra y un entrenador riguroso como el francés Arséne Wenger. Precisamente fue en Londres donde Dennis destapó el miedo más grande de su vida, pero que también ha enfrentado con valentía: volar en avión.
Existió una cláusula en el contrato del talentoso futbolista tulipán con los “Gunners” en el que solicitó en lo posible evitar los viajes en aeroplano, debido a su miedo a las alturas. Concedida la petición se convirtió en algo usual conocer de los viajes en auto del “Iceman” holandés los cuales anticipaba varios días antes al resto de la delegación del Arsenal, y que lo mismo lo llevaron por Túnez que hasta Rusia.

Era dentro de la cancha en donde Dennis superaba sus fobias y miedos, gracias a un futbol atrevido y 100 por ciento ofensivo superaba a sus adversarios, figura en Arsenal, los aficionados del club inglés en su honor decretaron el 16 de abril desde el año 2006 como el día Dennis Bergkamp, pues simplemente con una definición espectacular para anotar un gol el “hombre de hielo” era capaz de prender fuego a la más fría de las tribunas en un estadio de futbol. 


jueves, 10 de septiembre de 2015

El alma de “Pirata”: Luis de la Fuente

Nacer en el Puerto de Veracruz representó la primera aventura para Luis de La Fuente y Hoyos, hijo de inmigrantes españoles, y quien desde niño vivió entre barcos, el mar y un deporte que se convertiría con el paso de los años en la fiesta y alegría eterna de este “Pirata” orgullosamente jarocho.
Con una República Mexicana en plena lucha por la Independencia, el pequeño Luis fincaba su mundo y pasaba horas jugando en los barcos de cabotaje en los que ejercía su padre el trabajo del comercio en pleno Golfo de México. Ni la invasión norteamericana de aquellos años, ni los levantamientos armados en territorio nacional destruían las ilusiones de infancia de un chico con un futuro prometedor dentro del futbol soccer, deporte que encantó desde el primer día al primogénito de Don Segundo de La Fuente y Josefa y Hoyos.
Con sólo 13 años arranca dentro del futbol amateur en los equipos de España y Sporting Club de las ligas regionales del Puerto, donde gracias a sus notables condiciones como el juego aéreo, fulminante cabeceo, destacaba por su picardía y liderazgo dentro del equipo, cualidades que hacían a un lado su endeble talla física.
El debut dentro del profesionalismo en el balompié mexicano se dio con un cuadro que existió por pocos años como el Aurrera, pero las convincentes actuaciones del mediocampista Luis de la Fuente le valieron para un buen contrato con el Real Club España, el más popular de entonces en la década de los años 30 en México.
Un meteórico ascenso hasta la Selección Nacional y convertirse en un ídolo para los aficionados mexicanos brindaron a Luis de la Fuente la oportunidad de ser el primer futbolista azteca en jugar de manera profesional en el extranjero, justo en la tierra que vio nacer a sus padres: España enfundado en la casaca del Racing de Santander, uno de los goles históricos que marcó en la Madre Patria fue al poderoso Real Madrid y nada menos que al mítico cancerbero Ricardo “Divino” Zamora, quien no pudo dar crédito a lo que veían sus ojos con la sublime actuación del “chaval” mexicano.
La guerra civil española obligó al “Pirata” a volver al terruño convertido ya en toda una figura. La sangre jarocha que corría por sus venas y ese espíritu indomable que le habían forjado los años lo impulsaron a gozar de manera asidua de la vida nocturna, las fiestas, el alcohol y las mujeres se convirtieron en su pasatiempo cuando no se encontraba dentro del terreno de juego.
Cuenta la leyenda del “Pirata” que Luis de la Fuente llegaba tan sólo unas horas antes de celebrarse los partidos a echar la siesta al vestidor, eso resultaba suficiente para salir a la cancha a ofrecer actuaciones memorables con mínimo dos goles en su cuenta personal por encuentro.
El compositor Agustín Lara, amigo de la leyenda futbolística escribió como parte de la letra de su popular melodía Veracruz, “Yo nací con la luna de plata y nací con el alma de Pirata”, probablemente en homenaje a aquel hombre que jugaba al futbol con alma de niño, para divertirse y hacer gozar a los demás, como el capitán de su propio barco de ilusiones.






martes, 8 de septiembre de 2015

Equipo de época: Juventus de Turín

Protagonista indiscutible y bandera de una época dorada para el futbol italiano, la Juventus de Turín a principios y mediados de los 80´s había demostrado ser una escuadra fabulosa a todo lo largo y ancho del Viejo Continente y no por nada, en el Mundial de España 1982 Italia se hizo con seis futbolistas de la “Vecchia Signora” en su cuadro titular desde el mítico guardameta Dino Zoff, los defensores Claudio Gentile, Antonio Cabrini y Gaetano Scirea, junto al mediocampista Marco Tardelli y el delantero Paolo Rossi resultaron fundamentales para que los italianos conquistaran aquel Mundial celebrado en España esto apenas se trataba de un prometedor inicio para el equipo más ganador en la historia del calcio.
Giovanni Trapatonni, el timonel de los éxitos caseros de Turín anhelaba más que nunca consolidar su abrumador dominio en Italia con la conquista de la Copa de Europa, para ello se hizo de dos destacados elementos que embonaron con armonía celestial en el sistema táctico, el atrevido y pícaro delantero polaco Zbigniew Boniek y el talentoso “10” de la selección francesa, Michel Platini con este par de incrustaciones la maquinaria futbolística de la Juventus de Turín estaba lista para ponerse en marcha.
Para 1983 y tras disputar un campeonato de Europa impecable, apareció el cuadro alemán del Hamburgo para frenar en seco las aspiraciones de la Juventus de conquistar el título de monarca en Europa al derrotarlos en la final apenas con marcador de 1-0, este resultado lejos de derrumbar a los italianos los fortaleció aún más y con Platini en etapa de bonanza como armador de los ataques del equipo y máximo goleador de la liga italiana por tres veces consecutivas Juventus era un equipo listo para cobrarle la revancha a Europa entera.
Llegó el año de 1985 y a pesar del retiro del mítico portero Dino Zoff y la partida del atacante Roberto Bettega y con ello uno de los años de consagración pues la oncena blanco y negro obtuvo el scudetto 21 de su historia en la liga, la Super Copa de Europa al derrotar al Liverpool inglés y en mayo de ese mismo año volvió a la Final de la Copa de Europa, pero en esta ocasión la victoria le sonrío a los discípulos de Trappatoni con marcador de 1-0 frente al mismo rival británico, Liverpool.
Cabe destacar el negro suceso en este duelo, pues en plena celebración del partido escenificado en el Estadio Heysel de Bélgica fallecieron 39 aficionados y 600 más resultaron heridos debido a una avalancha humana que llegó a consternar al mundo entero.
Repuestos de la “Tragedia de Heysel”, la Juventus de Turín continuo en la forja de un camino repleto de éxitos, con un futbol práctico, dinámico, que si bien no era netamente ofensivo, si tenía ataques mortales capaces de dejar tendidos en el césped a todos los rivales que enfrentaba.
Así durante los 80’s en Italia el futbol no era dominado por el Nápoles de Maradona, ni la efectividad del Milán o el rápido despliegue del popular Torino. El balón tenía un dueño supremo, aquella inolvidable “Vieja Señora” del balompié italiano, la Juventus de Turín.


jueves, 3 de septiembre de 2015

La elegancia del Príncipe: Enzo Francescoli

Fue desde pequeño un privilegiado. Creció en el barrio de Capurro conformado por calles de tierra en las que pasaba los días en la práctica del futbol, deporte al que su padre le profesaba una pasión ejemplar que arrastró hacía niveles insospechados al por entonces desconocido Enzo Francescoli.
Jugar con sus amigos de la cuadra hasta que la noche se llevara la luz era la misión que más divertía a Enzo, niño delgado y desgarbado que en el colegio ya había guiado a su equipo a la conquista de cinco títulos metropolitanos consecutivos, gracias a lo completo y exquisito de su juego, conducción impecable del esférico, tiros libres de precisión milimétrica, remate con la cabeza, tiros fulminantes con la pierna izquierda, imposible que los busca talentos no se interesaran en un futbolista de notables cualidades.
Apareció la oportunidad de probar suerte en el popular Peñarol, escuadra de la que es hincha declarado el propio Francescoli, pero la larga espera que tuvo dentro de las oficinas del club al lado de su padre y los escasos minutos para mostrar sus aptitudes empujaron al joven uruguayo a una prematura decepción.
El humilde equipo del Montevideo Wanderers le abrió sus puertas de par en par, y ahí fue donde la estrella de Enzo Francescoli comenzó su brillo incesante y de su mano el Wanderers alcanzó reconocimiento no sólo en la República Oriental del Uruguay, sino a nivel internacional y se había convertido en el primer “palacio” del “Principe” Enzo Francescoli.
Elegante media punta Enzo enamoraba con su futbol a quien lo observara jugar a grado tal que mediante su talento llegó a convertirse en uno de los máximos ídolos del River Plate de Argentina, algo disparatado e improbable para un futbolista uruguayo. Grado de leyenda alcanzó la carrera de Francescoli en el conjunto millonario, pues basta escuchar las declaraciones de algunos de sus entrenadores para conocer la magnitud del fenómeno Enzo Francescoli.
La gente llenaba todo el alrededor de la cancha de entrenamiento de River sólo para ver al “Flaco” entrenar y Enzo era en verdad un auténtico portento”, reveló en alguna ocasión Américo Gallego, uno de los técnicos más ganadores en la historia del balompié argentino.
Lejos de los reflectores y muy cerca del silencio, Enzo Francescoli siempre prefirió hablar dentro del terreno de juego y ahí lo hacía a todo pulmón, como integrante de la escuadra uruguaya la playera número 10 le fue entregada casi por decreto y representó a su país en los Mundiales de México 86’ e Italia 90’ y  escaparates para que el mundo entero reconociera la calidad del “Principe” uruguayo.
Único charrúa incluido en la lista de los 100 mejores futbolistas de todos los tiempos realizada por el mítico “Pelé”, en la despedida de uno de sus grandes amigos Ariel “Burrito Ortega Enzo Francescoli jugó el partido con la frescura de la infancia, anotó cuatro goles, dos de ellos magistrales, uno desde la mitad de cancha y otro de chilena. Algo apenas usual para un superdotado del futbol, pero sorprendente con 50 años a sus espaldas en aquel entonces. Silencioso y de bajo perfil como suele ser Enzo Francescoli a veces reconoce extrañar el futbol profesional, pero a la vez también reconoce con una sonrisa: “El futbol me dio todo lo que tengo, pero también le di todo lo que soy”.